Islam: Un Clima Nuevo



ENCUENTRO CON NUESTRAS RAICES

SHAHADA
(Testimonio)

Declaración o testimonio de que no hay dios sino Allah y que Muhammad es su Mensajero ("La ilaha illa-Llah, Muhammad Rasulu-Llah").
La confirmación de la adoración pura del Creador sin asociarle nada, sin buscar ayuda ni refugio más que en Él (porque no hay divinidad o realidad fuera de la única Divinidad o Realidad, sólo Allah es), es, hoy por hoy, patrimonio exclusivo de los musulmanes.
La palabra "divinidad" ("ilah") designa al mundo en cuanto es irreal, porque sólo Allah es real. A este discernimiento los musulmanes integran una finalidad: seguir en todas las transacciones sociales el ejemplo del Mensajero —que Allah le bendiga y le conceda paz.
El nombre del Profeta Muhammad designa al mundo en cuanto es real porque nada puede ser fuera de Allah. Seguirle, pues, significa llevar una vida sana, natural y equilibrada. La naturaleza y la sencillez son, al fin y al cabo, el ideal del modo de vida islámico.


SALAT
(Oración)

Establecimiento de la oración. El musulmán rodea cada día su propio ambiente existencial con cinco oraciones obligatorias, cinco momentos para el recuerdo del Creador. Práctica con la que gana en concentración, unidad, integridad, interioridad, profundidad, elevación, centralidad, orden, medida, disciplina, autodominio, actividad consciente, paz y quietud creadoras, armonía y equilibrio.
Con estas cinco oraciones, el musulmán se mantiene siempre en el Recto Camino, permanece siempre fiel a su más alta realidad, a la dimensión vertical de su ser.




SUFISMO: CORAZÓN DEL ISLAM

DHIKR
(Recuerdo)

Invocación o recuerdo de los Nombres y Atributos de Allah. Los textos utilizados son del Diwan de Shayj Muhammad Ibn al-Habit: conjunto de "qasidas" o poemas espirituales, al que denominó "el anhelo de los ´murids´ caminantes (discípulos de un Shayj) y el obsequio de los gnósticos seguidores del Sendero".
El musulmán ilumina su corazón con el recuerdo del Creador. Porque es vida, porque es fuente. Es el agua de su segunda sed. El agua que se abre a los reflejos de este mundo y los prolonga infinitamente, el agua que corre sin cesar.
Mediante el "dhikr" el musulmán se separa de todas las cosas, se siente transportado a sí mismo, pero lo que lo libera de sí mismo no es la invocación. La invocación es una mediación, está hecha pra expresar la visión del corazón. Y lo que queda, es lo Uno.


HADRA
(Presencia)

Práctica antigua y tradicional de invocación y recuerdo del creador, basada en la mención de uno de sus Nombres: El Viviente ("Al-Hayy"), de manera intensa, con la lengua, el corazón y todo el cuerpo, a fin de que el siervo de Allah se sumerja por completo en Su presencia.
De esta cuerda tensa de la invocación brota esa palabra pura a la que el corazón en medio de su afán puede un momento asirse. Esta es la historia del hombre: el recuerdo de Su Creador, Allah, súbitamente nombrado por un cálido aliento. Un sólo Nombre de Allah pronunciado en la escena circular en la que el sufi incorpora a su cuerpo y a su mente un espacio de resguardo, desde el reposo iluminado que Lo suscita.



(Textos escritos por Yasin Trigo en un folleto repartido en un acto sufi celebrado en la Mezquita de Almonaster la Real, Huelva, el día 15 de octubre de 1994, organizado por la Comunidad Islámica en España de Granada)

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